Si hace unos años me hubieran dicho que estas sillas isabelinas de los años sesenta iban a ocupar un lugar en mi casa, no lo hubiera creído. Claro, que tal cual estaban seguro que no...
Si tengo que decir que estas sillas a parte del cariño que les tengo, me traen infinidad de recuerdos de mi niñez. Cuando iba casa de mis abuelos y en algunas ocasiones eran objeto de juegos. ¡Que paciencia la de mis abuelos!
No es que estuvieran en muy mal estado cuando llegaron a mi, pero si necesitaban un cambio más actual.
Aun pasaron unos años hasta decidirme donde las colocaría y el diseño que tendrían, hasta que opté por colocarlas en la biblioteca. Y que mejor tema para tapizarlas que el de un mapamundi.
Una vez elegida la tela, pinté la estructura con una tonalidad acorde a ella. En este caso me decidí por una chalk paint en color teja. Antes de pintarla tuve que encolar algunas partes, equilibrar la silla añadiendo algún taco de madera que realicé con la sierra de marquetería, una suave lijada, y dos capas de chalk paint en color teja.
Una vez seca la pintura decapé muy superficialmente, y posteriormente enceré y saqué brillo con cepillo pulidor. Si no tienes cepillo pulidor puedes hacerlo con una trapo de algodón, estopa, o incluso un guante de grill¡¡..a veces hay que buscarse las mañas.
Y por último a tapizar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por vuestro tiempo al dejar un comentario. Son el motor de mi inspiración.