lunes, 8 de mayo de 2017

Un barreño aromático



Por suerte nuestra calidad de vida va mejorando, pero no hace demasiado los barreños han sido muy útiles en antiguos oficios como los de curtidores, tintoreros..., 
en labores campesinas de la vendimia y la matanza, y por último en las labores domésticas para lavar la ropa, la vajilla, a los niños, e incluso por mi zona para la conserva. 
Y no queda muy lejos cuando las mujeres salían a las puertas de sus casas o iban a los lavaderos públicos cargadas con sus barreños de zinc y su tablas de lavar para hacer la colada. 
Antiguamente eran fabricados con otros materiales como la madera, metal, y entre ellos el barro, de hay la derivación a su nombre actual "barreño". Afortunadamente en la actualidad son fabricados en plástico por su durabilidad y ligereza. ¡Menos mal!, la de barreños que hubiera roto yo...

Hoy en día, cuando pensamos en un barreño lo asociamos por su funcionalidad a la colada, pero este barreño de herencia familiar iba tener otro destino muy diferente... Y me puse a darle vueltas hasta que di con su nueva utilidad, "¿y por qué un antiguo barreño de zinc utilizado para labores de antaño no puede explotar su lado más decorativo?". Pues ahora sería ornamental y práctico, pero sobre todo aromático.

Primero de todo una buena limpieza para quitar la suciedad acumulada. Para ello utilicé un estropajo de aluminio, y una mezcla de amoniaco rebajado con agua jabonosa

Barreño en su estado original

 
Con el taladro hice una agujero en el fondo para que el agua drenara al regar las plantas. 
Para las letras sobre el barreño hice un stencil. Para ello elegí por ordenaror la tipografía y el tamaño de las letras, imprimí, y sobrepuse en la hoja impresa un hoja de acetato. Calqué con roturlador fijo de punta fina, y fuí recortando con un fino bisturí. Si no tenéis bisturí podéis hacerlo con un cutter. Una vez realizado el stencil lo coloqué en el lugar donde quería que fuera sujetandolo con cinta adhesiva, y con un pincel propio para stencil fuí dando golpecitos sobre las letras quitando el exceso de pintura al pincel. Para las letras utilicé esmalte negro.
Una vez pintadas las letras reti el estencil y dejé secar, y cuando estuvo seco le di dos capas de paralizador de óxido para que estuviera bien protegido del agua, además de que iba a estar al exterior.
Elegí las plantas que compondrían el macetero, romero, oregano, salvia y albahaca. Y les puse unos cartelitos de pizarra indicando el nombre de cada una.

Y así quedó este nuevo barreño en mi jardín. Listo para aromatizar mis platos al mas puro estilo provenzal.



Otras inspiraciones con barreños:



Imagen: Somosdeco



Imagen: El Mueble (Pinterest)

Imagen: Decorarhogar


¡Gracias por leerme! 








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