jueves, 13 de julio de 2017

Preparando la maleta





"Fin de semana", así es como llamaban a este tipo de maleta por los años 60 por su pequeñas dimensiones.
Y es que dicen que todos los viajes tienen destinos secretos, y secretos son los que guardaba celosamente esta maleta guardada en el desván desde no se sabe cuando
En su interior tesoros de otra época en la cual se estilaban los mantones y tocas hechas a mano, unas verdaderas joyas de artesanía.
Pero esta vez dejaría de estar olvidada en lo alto de un armario, y pasaría a ser el centro de atención en mi dormitorio. Pero eso si funcional, y es que puedes utilizarla de almacenaje. En mi caso guardo pañuelos y fulares que no son pocos...

Comencé con una capa de imprimación por toda la superficie y el asa, excepto por los errajes, para que la pintura se adhiera mejor a la polipiel, y pulí con una lija de agua fina para después aplicar la primera capa de pintura.

Maleta en proceso de imprimación


A continuación le di dos capas de chalk paint en color crema, y lije con lija de agua entre capa y capa. La primera capa la di más espesa que la segunda.
Para la transferencia elegí dos fotos en tamaño A4, dos modelos diferentes para cada lado. De esta forma puedo poner la maleta por ambos lados y no aburrirme de verla siempre igual¡ Tener en cuenta que si la foto lleva letras o números tenéis que imprimirla en formato espejo, e importante que la impresora sea láser para que la calidad de la transferencia sea más nítida. 
Una vez impresa la foto, utilice gel medium para transferencia sobre la superficie donde queráis transferir la imagen. Nunca sobre la foto, pues en ocasiones la imagen se emborrona.
Una vez pegada la imagen, fui frotando con una cuchara desde el centro hasta las orillas para eliminar alguna burbuja de aire que pudiera haber quedado. El tiempo estimado para que se seque suele ser de 24 horas. Pasado este tiempo y con mucho cuidado, se va pulverizando el papel con agua o con una esponja humedecida, y retirando la celulosa con las yemas de los dedos para conseguir quitarla poco a poco. De esta manera podéis observar que la tinta de la foto se ha transferido a la superficie. Cuando hayáis retirado toda la celulosa y la superficie está bien seca, con lana de acero fina mojada en cera incolora fui desgastando los bordes de la imagen para integrarla. Por último enceré toda la superficie de la maleta para proteger la pintura y la transferencia.

Con respecto al interior de la maleta no tuve que hacerle nada, ya que estaba en muy buen estado.

Y este fue el resultado. Una maleta shabby chic que ha pasado a ser el centro de atención en mi dormitorio.

Maleta shabby chic. Resultado final


¡Gracias por pasarte!



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